El mal olor, síntoma
de degradación del San Roque
Las algas tapizan nuevamente el embalse y generan esa
consecuencia y la mortandad de peces. Especialistas insisten en que es vital
hacer cloacas en toda la cuenca.
Villa Carlos Paz. En pleno centro de la ciudad, a dos cuadras del lago, puede percibirse el olor nauseabundo que emana del San Roque. Como la mortandad de peces que se viene registrando desde hace varias semanas, el olor parece haber llegado para quedarse en Carlos Paz.
Es tema de charla
cotidiano en la villa, que vive, entre otras cosas, por el imán que representa
el San Roque como imagen turística. Para la ciudad de Córdoba, además, el dique
le aporta el 70 por ciento de su agua potable.
El viernes, el Consejo
de Planificación Urbano Ambiental (CPUA) organizó una charla con especialistas
y la convocatoria superó la capacidad del auditorio municipal. La necesidad de
avanzar con redes de cloacas en Carlos Paz y otras localidades de la cuenca fue
otra vez expuesto como prioridad para salvar al lago, antes de que sea tarde.
“La planta de
tratamiento de cloacas actual sirve a un 30 por ciento de Carlos Paz; los
aireadores colocados en el lago han hecho su trabajo desde que fueron
instalados. Pero no es suficiente. Existen cámaras sépticas, sangrías, que no
eliminan el fósforo que es factor contaminante central”, marcó Alejandra
Bustamante, investigadora del Instituto Nacional del Agua y de la Facultad de Ciencias
Químicas. También disertó Rocío Fernández, doctora en Hidráulica e Ingeniería
Ambiental e investigadora del Conicet.
Coincidieron en que el
problema central es el aporte de nutrientes (fósforo y nitrato) al embalse que
provoca la proliferación de algas, que quitan oxígeno al agua provocando su
eutrofización (deterioro ecológico), la mortandad de peces y el mal olor. Esta
época del año suele ser la de mayor proliferación de algas.
Para la potabilización,
en la Capital ,
la empresa Aguas Cordobesas debe reforzar en estos casos sus tratamientos con
ozono y carbón activado.
“El embalse tiene una
gran lentitud en responder a los planes que se implementen para reducir la
cantidad de fósforo”, dijo Fernández.
Bustamante explicó el
proceso que produce la mortandad de peces: “Ocurre de la noche a la mañana. Los
peces se quedan sin oxígeno porque por la noche no hay producción. Es por la
cantidad de algas y la eutrofización”, dijo.
“Las mortandades van a
seguir porque forma parte del diagnóstico y es algo que, aún en un proceso de
mejora, puede seguir ocurriendo”, acotó.
El principal alimento
para las algas es el fósforo y el nitrógeno –señalaron– que aportan los
líquidos cloacales que llegan sin tratamiento al lago.
Destinar fondos. La dirigente ambientalista cordobesa Romina Picolotti,
exsecretaria de Ambiente de la
Nación , advirtió que ni el municipio de Carlos Paz ni la Provincia destinan
fondos de su presupuesto para mejorar el estado del lago. “A pesar de que la
realidad golpea la cara aún no vemos una política de Estado seria para llevar
adelante un trabajo sustentable”, opinó Picolotti.
Recalcó la prioridad de
extender redes cloacales en la zona y planteó que municipio y Provincia
deberían convocar a representantes de la cuenca regional para elaborar un plan
integral a largo plazo. Cuestionó que el Gobierno provincial “diga que los
embalses están en perfecto estado”.
Anuncio en Carlos Paz
El intendente de Carlos
Paz, Esteban Avilés, anticipó ayer que en 2013 el municipio destinará 11
millones de pesos para extender la red de cloacas. Pidió esperar unos días para
ofrecer precisiones sobre las cuadras por sumar al servicio y otros detalles.
En principio, los fondos serían del presupuesto municipal.
Los lagos cordobeses
piden un plan
La situación de deterioro a la que llegó el lago San Roque
puede ser el rostro anticipado de lo que sucedería con otros diques cordobeses
si no se actúa a tiempo
La situación de
deterioro a la que llegó el lago San Roque puede ser el rostro anticipado de lo
que sucedería con otros diques cordobeses si no se actúa a tiempo para
evitarlo, previniendo las causas que los enferman. Para eso, se requiere un
plan integral que involucre en forma participativa a cada cuenca regional, a
modo de verdaderas políticas de Estado de mediano y largo plazo, más allá de
los gobiernos que vayan pasando. Eso, en Córdoba, hace mucho que no se percibe.
En septiembre pasado, el
lago Los Molinos se vistió de verde, alfombrado de algas. Los investigadores
señalaron entonces que para este tipo de embalses es ya un proceso normal, pero
que representa a la vez la evidencia de un deterioro en la calidad del agua.
Hay un diagnóstico de
causas sobre las que casi ya no aparecen disensos. La urbanización cada vez
mayor de ciudades sobre ríos y lagos, sin una planificación que contemple las
redes de tratamiento cloacal, representa buena parte del problema. Es crecimiento
urbano, pero no sustentable. ¿Se puede seguir llamando crecimiento cuando se
compromete el futuro?
Hay otras causas de
degradación: la creciente presencia de agroquímicos que desde campos derivan a
ríos y lagos; la pérdida de forestación nativa en las sierras, que afecta la
calidad del agua que baja y genera el arrastre de sedimentos por erosión que
termina quitando volumen y reduciendo la vida útil de los diques; los incendios
forestales, cuyas cenizas aportan contaminación y otra cuota de sedimentos.
Sólo si se evita la
degradación ambiental –eso que los técnicos llaman eutrofización– podrá
imaginarse que el San Roque, primero, y luego los demás, sigan sirviendo como
recurso turístico pleno y como proveedores de agua potable de aceptable
calidad.
Evitar mayores daños y
remediar los ya producidos requerirá de inversiones. Si Córdoba ni siquiera
logra reparar un canal existente (el que lleva agua de Los Molinos a la Capital ) cuesta imaginar
que aparezcan recursos para que el San Roque se cure y para que los demás no se
enfermen tanto.